Diálogos del más allá: Susan Sontag

Por María Octavia Russo

 

Lo que más teme.
El éxtasis intelectual al que he tenido acceso desde mi temprana infancia. Pero el éxtasis es el éxtasis.

 

El principal rasgo de su carácter.
Nada existe a menos de que lo mantenga (con mi interés, o mi potencial interés). Esta es una ansiedad máxima y más que todo subliminal. Por lo tanto, debo siempre permanecer tanto en principio + activamente, interesada en todo. Tomar todo el conocimiento como mi provincia.

 

Qué cualidades aprecia más en un hombre.
(Jean) es envidiable. No se pierde a sí mismo – incorpora el mundo.

 

Qué cualidades aprecia más en una mujer.
…Hasta ahora he sentido que las únicas personas a las que podía conocer profundamente, o amar de verdad, eran los duplicados o las versiones de esta desdichada de mí. (Mis sentimientos intelectuales y sexuales siempre han sido incestuosos). Ahora conozco + amo a alguien que no es como yo – es decir, no es judía, no es una intelectual al estilo neoyorkino- y sin que falte intimidad. Soy consciente siempre de la ajenidad de I, de la ausencia de antecedentes comunes –y lo vivo como una gran liberación.

 

Lo que más aprecia de sus amigos.
Mi cacareada infrecuencia para enamorarme y hacer amigos íntimos significa: «Ves, no te he traicionado a menudo. Solo cuando el sentimiento era abrumador. Pero no por cualquier sentimiento ocasional, por el que no me jugaría la vida».

 

Su principal defecto.
En mi interior dos necesidades en conflicto:
la necesidad de la aprobación de los otros

el miedo a los otros

 

Su ocupación favorita.
Para escribir tienes que permitirte ser la persona que no quieres ser (entre todas las personas que eres). Escribir, ¡mi alegría profunda!

 

Consentir el mundo y disfrutarlo –pero solo en desnudez.

 

Su ideal de felicidad.
Amar es el más alto modo de valorar, de preferir. Pero no es un estado anímico.

 

¿Cuál sería su mayor desdicha?
I dijo que era el primer orgasmo que había tenido en muchos meses, y luego lo arruiné.

 

Le dije hoy: «Te quiero», y me respondió: «¿Qué tiene que ver con esto?».

 

Pasé una hora esta tarde (cuando ella estaba en el puerto) masturbándome + estudiando mi coño en un espejo. Se lo conté cuando volvió. «¿Has descubierto algo?», dijo. «No», respondí.

 

Su flor favorita.
Hay siete tipos diferentes de hierba donde estoy recostada

 

(dibujo de gramíneas).
dientes de león, ardillas, pequeñas flores amarillas, caca de perro.

 

-Quiero ser capaz de estar sola, de que me parezca reparador- no una mera espera.

 

El pájaro que prefiere.
Lema de Soichiro Honda, presidente de la Compañía de Motocicletas Honda, de fama mundial: «La velocidad es un derecho del hombre».

 

Si no fuera usted, ¿quién le gustaría ser?
Escribo para definirme –un acto de creación propia- parte (del) proceso de llegar a ser –en diálogo conmigo misma, con los escritores vivos y muertos que admiro, con los lectores ideales.

 

Porque me es placentera (una «actividad»).

 

No sé qué propósito tiene mi obra.

 

La salvación personal –Las Cartas a un joven poeta de Rilke.

 

¿Dónde le gustaría vivir?
El libro es una pared. Me pongo detrás de ella, sin ser y sin ser vista.

 

Sus autores de prosa favoritos.
El escritor debe ser cuatro personas:

1. El loco, el obsédé.
2. El tarado.
3. El estilista
4. El crítico.

 

1 suministra el material; 2 permite que aflore; 3 es el gusto; 4 es la inteligencia.

 

Sus poetas favoritos.
Mi lectura es acaparamiento, acumulación, almacenamiento para el futuro, para llenar el hueco del presente. El sexo y la comida son gestos totalmente diferentes –placeres en sí mismos, para el presente- no están al servicio del pasado + el futuro. No les pido nada, ni siquiera memoria.

 

Piensa en Blake. Él no sonreía a los demás.

 

Sus pintores y compositores favoritos.
La mirada es un arma.

 

Jackson Pollock:

«Estoy interesado en la expresión, no en ilustrar mis emociones».

 

Sus héroes de la vida real.
El «problema del coste» para los judíos-

 

La supervivencia como el valor último, el mérito identificado con el sufrimiento como medio.

 

Los cristianos adoptan de los judíos (véase san Pablo) la noción del valor del sufrimiento (¡aunque no la meta de la supervivencia!). Pero la diferencia es que los cristianos nunca lo han vivido realmente, están convencidos de ello –salvo los primeros mártires y algunos monjes. Nada en sus vivencias se corresponde con ello (mientras que el judío tiene persecuciones, pogromos, el antisemitismo, etc.). Los judíos no lo dicen sino que lo viven.

 

Sus heroínas en la vida real.
Aún valoro a mi madre (Joan Crawford, una dama, etc.), aunque veo lo equivocada que está, lo inepta que es.

 

No fui hija de mi madre –fui su tema (su guía en el tema, amiga, consorte. Renuncié a mi infancia –a mi sinceridad- para complacerla). Mi habitual «contención» – la cual ocasiona que todas mis actividades e identidades me parezcan un tanto irreales – se debe a la lealtad a mi madre. Mi intelectualismo lo refuerza –es un instrumento para apartarme de mis propios sentimientos que practico al servicio de mi madre.

 

Sus héroes favoritos en ficción.
Todos los héroes de Freud son héroes de la represión (Moisés, Dostoievski, Leonardo); para él eso es lo heroico. El trabajo es divertido. El ego contra el cuerpo descuidado. Por eso le atraía a Philip. La gente siempre me pregunta (Ann lo hizo justo esa semana) cómo un hombre interesado en Freud pudo comportarse como Philip. Supongo que nadie ha leído a Freud. Claro, era brillante respecto de las motivaciones –lo cual sin duda no es el caso del prof. Reiff – pero él (Freud) era un gran defensor de la voluntad «heroica» automutilada. El psicoanálisis que creó (es), a lo sumo, una ciencia de la condescendencia con el cuerpo, los instintos, la vida natural.

 

Sus heroínas favoritas en ficción.
Lo que admiro de/ me identifica con Monica Vitti (la estrella de la película de Antonioni La aventura) es lo contrario a lo que admiro de Julien Sorel (el protagonista de la novela de Stendhal Rojo y negro).

 

Su comida y bebida favorita.
Mi madre mejoró sus modales perdiendo el apetito.

 

Sus nombres favoritos.
Escribir es gastarse, es apostarse. Pero hasta ahora no me ha gustado siquiera el eco de mi propio nombre. Para escribir, me debe gustar mucho mi nombre. El escritor está enamorado de sí mismo… y crea libros a partir de ese encuentro y esa violencia.

 

¿Qué hábito ajeno más detesta?
Lo que hace que la fantasía sea placentera para la mayoría de las personas, uno realmente no quiere que se concrete la fantasía (el sexo, los sueños de gloria, etc.). Las fantasías de amor, calidez, sexo, me resultan insoportablemente dolorosas porque siempre he estado consciente de que son “solo” fantasías. Quiero –acudir al deseo- pero no va a suceder.

 

¿Qué hecho característico de la historia más repudia?
No me gustan los escritores que no tienen en cuenta la extrañeza que ha invadido la vida contemporánea desde la bomba.

 

El don de la naturaleza que quisiera poseer.
La manera «primitiva» de ver, de vivenciar, es la manera humana, natural.

 

Cómo quisiera morir.
Amar duele. Es como entregarse a que te desuellen a sabiendas de que en cualquier momento la otra persona puede marcharse con tu piel.

 

¿Cuál es el estado actual de su mente?
Creo:
(a) Que no hay un dios personal o vida después de la muerte
(b) Que lo más deseable en el mundo es la libertad de ser fiel a uno mismo, es decir, la Honradez
(c) Que la única diferencia entre los seres humanos es la inteligencia
(d) Que el único criterio de una acción es su efecto último en la felicidad o infelicidad de una persona
(e) Que está mal privar a cualquiera de la vida

/

La mente es una puta.

 

¿Qué defectos le inspiran más indulgencia?
La razón por la que no soy buena en la cama (no estoy «enterada» sexualmente) es que no me considero alguien que pueda satisfacer sexualmente a otra persona –no me considero libre.

 

Considero que soy «alguien que lo intenta». Intento complacer, aunque, por supuesto, nunca lo consigo.

 

Me busco mi propia infelicidad, pues es la prueba para el otro de que lo estoy intentando. Detrás de «Soy tan buena que duele» está: «Intento ser buena. No te das cuenta lo difícil que resulta. Sé paciente conmigo.»

 

Su lema favorito.
Quiero demasiado.

 


Ejercicio de apropiación y entrevista imaginada por Natasha Tiniacos. Los diarios de Sontag contienen muchas referencias bibliográficas que quizás aquí no estén justamente reflejadas. El texto toma el segundo cuestionario de Proust y entradas del diario Renacida de Susan Sontag que fueran paralelas a la edad en la que el Proust respondió el célebre juego.

 


Sobre la ilustradora:

María Octavia Russo (Caracas, 1991). Estudió dibujo en el Instituto de Diseño Darias (2007-2009), tutoriada por José Rivas e Ibrahim Nebreda. Comienza sus estudios de pintura en la Armando Reverón (2009) justo cuando es transformada en la actual Universidad Nacional Experimental de las Artes. Allí recibe clases con Víctor Hugo Irazábal, María Eugenia Arria y José Vívenes. En 2010 comienza a estudiar Filosofía en la Universidad Central de Venezuela. Actualmente trabaja como ilustradora independiente.

Compartir