La visita del líder empresarial y actual asesor de gerencia de desechos de McDonough Sustainable Innovation Collaboration, Larry Black, inyectó a Caracas una dosis de ideas tan inspiradoras como desafiantes.
Black dejó claro que la sostenibilidad debe ir de la mano con la rentabilidad para poder materializarse. “La salvación de los negocios está en la salvación del ambiente”, comentó en una conversación.
Pasar de la filosofía de tomar-hacer-gastar a una donde los materiales puedan ser usados una y otra vez en un ciclo sin fin es el postulado principal del Cradle to Cradle, un protocolo de diseño creado por William McDonough y Michael Braungart, del que Black nos habló extensamente.
Pero el reciclaje y la reutilización de los materiales solo es posible si existe un sistema que lo sostenga: unas redes de gestión de desechos y unas empresas que se encarguen de procesarlos.
«Imagina una ciudad… Las ideas e imágenes de William McDonough» fue el título de la inspiradora presentación de Larry Black ante el auditorio repleto del Teatro Municipal de Chacao. En ella nos invitó a pensar una ciudad que “ame a todos los niños, de todas las especies, por siempre”.
Una ciudad en la que la gente pueda vivir, trabajar y recrearse en una misma área; que purifique aire y agua para sus habitantes gracias al diseño de espacios públicos verdes.
Una ciudad con edificios como árboles: que respiren, absorban carbono y emitan oxígeno, que fijen nitrógeno y produzcan alimentos, que creen microclimas y honren la biodiversidad.
En su disertación, Black propuso a Arabia Saudita como ejemplo de país petrolero y visionario, que se ha trazado como meta convertirse en el primer productor de energía solar a nivel mundial en los próximos 10 años.
No existe tal cosa como el espacio o las condiciones perfectas para construir un edificio o una ciudad sostenible, pero sí las decisiones correctas, nacidas de la voluntad y el deseo de los individuos.