Tag: Cultura visual
Desquicios /Resquicios/ Collage
Cuando se trata de mitos en torno al arte, quizá el más antiguo (y el de mayor peso) sea aquél que hermana al artista con la locura. Desde la Antigüedad hasta el siglo XIX, el mito de la locura en torno al arte ha cobrado distintas dimensiones, y seguramente será fácil recordar más de un caso del arquetípico artista loco.[1] Sin embargo, los estudios que se han dedicado a este tema suelen ser de tipo patográfico, lo que implica que han detenido su atención mayormente sobre la vida atormentada del sujeto creador, con sus respectivas anécdotas y excentricidades, dejando de lado la visualidad de las obras mismas que éstos han producido. Por esa razón –intentando rescatar la potencia de sentidos que puede entrañar la visualidad de una obra de arte– resulta vital pensar en consideraciones en torno a la locura que vayan más allá del campo de acción que suele tipificar este mito. Podrían vislumbrarse atisbos de esa irracionalidad en un ámbito ajeno a lo estrictamente relacionado a la vida personal del artista. Pensar, podríamos decir, que la locura no se manifiesta en la psique del creador sino, más bien, en el lenguaje mismo de su producción. Y para desarrollar tal reflexión, habrá que volver la mirada a comienzos de siglo XX, justo a partir de un hito de la historia del arte occidental: la invención del collage.
Lo visual comestible
Debido a su función principal, la cocina puede pasar, irónicamente, por debajo de la mesa cuando se propone considerarla desde un punto de vista no culinario. Se entiende que cocinar se limita a la transformación de alimentos por medio de diferentes técnicas, un asunto que se queda entre el cocinero y el fogón. El hecho de comer significa, además de un proceso vital, un conjunto de valores simbólicos y tradiciones que desde hace siglos ha despertado la curiosidad de estudiosos y teóricos. No se trata sólo de lo que comemos, sino de cómo lo comemos.