1 de noviembre de 2015.
Nancy Nowacek llegó a Caracas el sábado por la noche y ya en la mañana del domingo estaba presenciando el trópico que le daba la bienvenida. Nos fuimos a la Sala Mendoza, por invitación de Luisa Mariana Pulido, donde se encontraría con ciertos artistas para una conversación informal. Mary Martínez, la coordinadora de la sala, le dio un minucioso recorrido por la muestra colectiva Síntaxis y Cartografías inquietas de Lihie Talmor. Al finalizar su paseo, nos sentamos en círculo en pleno piso de la Sala. Nos hizo acostar, mover las extremidades, acusando una apropiación del espacio muy placentera. Se presentó. Nos contó por qué se había interesado en trabajar con su cuerpo y en desarrollar su línea de trabajo con la gente. “No sabía lo que era la comunidad”, “pasaba todo mi día sentada frente a la computadora”, “estaba desconectada de mi cuerpo”… Esas eran algunas de las frases con que empezaba a ilustrarnos una búsqueda. Nos cuenta que alzar cualquier peso significaba una lucha, pero que cuando la gente se ofrecía en ayudarla era significativo.
Nancy Nowacek se presentó como performer y escultora, trabajadora también de una extraña forma de arquitectura, según sus palabras. Coleccionista. Encuentra y pide prestados materiales que luego consiguen otras manos. ¿La razón? Reclamar su humanidad e intentar conectar con otras personas. “Todo lo que hago está más allá de mis propios límites para verme en la necesidad de pedir ayuda”. Nowacek hace arte para estar con la gente. En sus obras, las personas se encuentran para lograr algo juntos.
Habló de su obra Citizen Bridge, un proyecto de puente efímero. Esta obra surge al reconocer que le teme al agua. “Esta obra es sobre superar mi falta de conocimiento”. Actualmente se encuentra en el cuarto año de ejecución de la obra que tiene unas condiciones geográficas muy particulares. El punte cruzará un canal comercial por lo tanto podrá estar en funcionamiento solo un día.
“Todos mis proyectos son puentes”, nos dijo. LA NAVE/-SHIP, el proyecto que la trae a Caracas como parte del programa de residencias La silla del diablo -y para cerrar CCS FORUM 2015-, es un puente hacia el espacio público, comenta. El proceso será orgánico. El bagaje de Nowacek está compuesto también por un arduo entrenamiento físico y el deporte, así que ese podrá ser un punto de partida en el diseño de la nave.
Después que ella nos habló de todas estas cosas, los artistas que nos acompañaron se fueron presentando. Un grupo de jóvenes estudiantes de cine se unieron al proceso de LA NAVE/-SHIP como voluntarios para producir y dirigir un documental durante la construcción y el performance.
Desde el primer día, un domingo tranquilo, este proyecto atrajo y atrapó a artistas de diferentes disciplinas. Estos jóvenes hablaron de su fervor y su distanciamiento con la ciudad. Dos formas de vivir en ella que encontrarán su vertiente en este registro cinematográfico que nos emociona.
Al otro día, Nancy conocería y empezaría el taller. Pero de ese encuentro… Mañana.
