Si la UCV es por donde se le mire un oasis en Caracas, su Facultad de Arquitectura y Urbanismo es, quizá, el oasis dentro del oasis. Siempre he sospechado que Villanueva le puso especial cariño, es posible que haya pensado cuando le aprobaron su  proyecto de Ciudad Universitaria y supo que tenía carta blanca un “vamos a hacer las cosas bien: esta Facultad será un lugar en el que la luz y el espacio inviten a todos los estudiantes y profesores a continuar creando”.

 

Días 1 y 2

 

Hoy llegamos a la Sala A de Exhibiciones: alguien que no conocíamos pintaba con un rodillo una tabla de mdf, estaba manchado de tinta negra por todos lados. Alguien que no conocíamos movía tubos y nodos armando una estructura que empezaba a coger forma. Y así un grupo de desconocidos empezamos a crear vínculos a través de la construcción de un espacio en común: todos estábamos ahí para ayudar a armar el espacio para “Súperbloque”, la instalación de Mariana Rondón.

 

Ella aún no está en Caracas, llega mañana para supervisar la construcción del módulo e instalar su obra, proyecto que empezó a armar mientras rodaba las escenas de “Pelo Malo” en el 23 de enero, la película por la que su nombre tanto suena. Expectantes, como cuando esperábamos su película, todos los que estábamos en la Sala A ofrecíamos nuestra ayuda “para lo que fuésemos buenos”. Arquitectos, estudiantes y voluntarios medían, armaban y cambiaban de lugar la estructura construida con tubos de metal que será la base para el cuarto oscuro donde vivirá “Súperbloque” durante la Trienal de Arquitectura. Afuera y manchados de tinta más voluntarios pintaban de negro las tablas de mdf que cubrirán esa estructura, donde, al terminar, se proyectará la obra. Todos sudados, porque estamos en el trópico, pero todos activos y animados, porque estamos en el trópico. Un par de personas que no conocían ni el proyecto, ni a la artista, ni sabían lo que estaba pasando, se acercaron curiosos y se quedaron con nosotros.

 

Mañana llegará Mariana y continuaremos construyendo, esperamos que lleguen nuevos voluntarios por el interés o por el azar. Seguiremos armando juntos el módulo donde vivirá esta vez “Súperbloque” y, como siempre, están todos invitados.

 

[Muchísimas gracias a nuestro team de colaboradores]

 

 

 

Día 4

Avanzada la construcción, el día 4 fue importante porque llegaron los equipos de audio y proyección de imagen. El módulo que habíamos estado erigiendo gracias a las manos poderosas de los arquitectos de Adjkm y los estudiantes, iba a ser habitado por la imagen de Mariana Rondón.

 

Seguimos pintando paneles blancos y negros, afinando las vigas de metal, montando la alfombra y la madera como un juego de Lego a escala humana. Nos emocionaba ver cómo este proyecto iba tomando forma: de la aspiración a la convicción, del papel a la realidad. Mariana siempre estuvo presente recordándonos lo importante que es para un artista la experiencia de materializar su obra en un espacio.

 

La sierra, el taladro, los martillazos y los testimoniales que hacíamos para documentar este proceso se hilaban con la banda musical que celebraba la misión cumplida de unos estudiantes que hoy se habían convertido en arquitectos. Entre togas negras y brindis, corríamos y seguíamos en nuestra tarea del montaje. Es amplio lo que puede alojar una Facultad y hoy, el día 4, era uno que hacía guiños a Carlos Raúl Villanueva, pues mientras unos arquitectos salían con sus títulos, nosotros hacíamos una apuesta al arte contemporáneo. La síntesis de las artes, eso es, un proyecto del genio creador Villanueva y un legado que hoy aplaude nuestra jornada.

 

 

 

Día 5

 

En el quinto día del montaje de la instalación Superbloque de Mariana Rondón se sentía la energía de los proyectos que se van concretando. En la tarde ella estaría conversando con estudiantes y profesores sobre esta obra, un encuentro que serviría de invitación para formar parte del taller que estará dictando el 4 de julio en la Facultad.

 

Los arquitectos de ADJKM llegaron temprano para terminar la construcción que ahora pedía últimos toques, pero no por eso menos complicados. Las paredes necesitaban dos capas de pintura y telas negras porque el espacio debe anularse para que el espectador sea absorbido por la proyección. En el transcurso de la mañana y la tarde, los estudiantes se acercaban para cortar, pintar, arreglar, limpiar… Nadie dudó en colaborar como fuera. La experiencia de la creación participativa es un terreno de horizontalidad donde nuestras individualidades se acoplan y se nutren entre sí.

 

Beto Benítez, gran director de casting del cine venezolano, ha trabajado con Mariana en las instalaciones anteriores de Superbloque y por eso nos acompañó. El montaje de esta obra amerita cálculos matemáticos. Diego Guerrero, asistente, también estuvo presente en todo momento. Mariana Rondón, los arquitectos de ADJKM, los estudiantes, los profesores y Backroom Caracas nos juntamos como un solo equipo para llevar esta obra a su tercera instalación. Gaëlle no desfalleció como nuestra fuerza líder en este proyecto. Mariana Maduro, quien recién se unión a nosotros, incluso trajo potes de pintura en mototaxi. Como nos acercamos al arte contemporáneo desde la misma creación, entonces era un gesto orgánico agarrar la cámara y retratar el proceso o sentarse frente la computadora y escribir estos párrafos a manera de diario.

 

Mariana revisitaba su película A LA MEDIA NOCHE preparándose para la conversación. La protagonista es arquitecta y algunas escenas están ambientadas en una ciudad que quiere ser maqueta de una ciudad que es, a su vez, la suma de muchas ciudades. La cineasta me cuenta que ella misma es una arquitecta frustrada. Las pasiones frustradas son realmente estímulos o fijaciones que permean en la creación.

 

Si bien Superbloque está en principio dirigido a estudiantes, es una oportunidad donde todos estarán bienvenidos. El reto que Mariana Rondón propone, ficcionar los espacios, es un ejercicio que puede intentarse desde la arquitectura como desde el arte cinematográfico, fotográfico, la pintura… e incluso desde la literatura o la psicología. En BackroomCaracas estamos conscientes de que la necesidad expresiva debe encontrar consonancia en libertades.