Se unen en esta colección
retratos de mujeres célebres. Las unas por
su rango de reinas y princesas, las otras por su historia,
casi todas por su hermosura.
Pasé un año aproximadamente con el catálogo en el escritorio. Como todo lo demás, el arte también carga con las mañas y las muletillas de las viejas formas. Yo, que hasta ese momento sólo pintaba, lo más que había podido hacer sobre el libro era una intervención muy fea de una calavera sobre un plato con una cita en latín que rezaba sobre la vanidad en una de las últimas páginas. En ese momento ese tema me interesaba bastante y creí que podría construir un libro-objeto que tratara el tema, pero el acercamiento no era acertado.
Contrario a Frenhoffer* que se abstrae en la especificidad de la modelo (aun cuando esta no exista) a la de que termina por convertir en patuque, relleno, masa… Lo que yo encontré fue que la modelo real no sobrevive al resultado pictórico.
En la cabeza del pintor -de los pintores, los de verdad- las modelos coinciden entre ellas y se adaptan a la que el pintor prefigura en su cabeza y que traduce en ese trazo que se fija al lienzo.
(¿contrario?)
Un día corté una foto carnet. Le quité la franja ocular con cuidado y la pegué sobre otra foto carnet idéntica a ésta. Aun cuando eran la misma imagen, algo desencajaba. Los dos retratos sumaban un tercer retrato invisible muy desconcertante.
Después de un tiempo agarré el libro y empecé a desarmarlo, a quitarle las páginas y separarlas: a diseccionarlo. Acababa de ver una exposición de Roberto Obregón así que puedo decir sin problema que esta acción dista de ser casual y es deliberadamente causal.
Estaba harto de esa manía de querer pintar, de creer que solo era posible intervenir pintando. Estaba más obsesionado con mi incapacidad de pintar en aquel momento que con pintar en sí.
Hay un video en YouTube en el que durante dos minutos y treinta segundos, aproximadamente, los retratos más importantes de mujeres que se han hecho en la historia del arte aparecen y van mutando el uno en el otro mostrando, mucho más claramente que yo, ese disolverse del objeto/modelo en la pintura, esa coincidencia gestual que ya no sé si es la mano que pinta o lo que posa y es pintado: abrupta pesadilla de la fisionomía que ya es de por sí un sueño bastante extraño.
Conseguirle una forma al vacío que atenuara esa dependencia al fondo que tiene todo papel seccionado y cortado cuando está sobre una pared. La ineludible pared del arte. En este caso, la forma será la contraforma: el resultado que va dejando poner una página sobre la otra hasta formar grupos de hojas que den un resultado visualmente interesante y estéticamente coherente con el resto del trabajo, que en vez de acumular vacíos superpone hojas e imágenes.
*La obra maestra desconocida-Balzac.
Acerca del artista:
José Miguel Del Pozo (San Felipe, Yaracuy) estudió Diseño Gráfico Integral (UNEY), Letras (UCV) y participó en la ONG (Nelson Garrido). Formó parte de Jóvenes con FIA 2009, obteniendo una mención de honor. Su individual Ejercicios de Apropiación tuvo lugar en Espacio Mad (2010). Ha expuesto también Galería en Casa (2011), Casa de locos (2012) y CACRI (2012).
Mujeres célebres estuvo expuesta en la Sala Mendoza, bajo la curaduría de Luis Romero Lee, en la muestra Meditación-Lucha-Belleza-Tiempo dentro del proyecto Tres miradas frente al arte contemporáneo (2013).
